A primera vista, resulta convincente que Colombia centre su atención en el mercado Estadounidense, puesto que este representa el 43% de nuestras exportaciones; pero, cuando miramos más de cerca el asunto nos damos cuenta que de los seis mil millones de dólares que exporta Colombia a los Estados Unidos, el 80% esta compuesto por productos primarios, materias primas sin elaborar, de los cuales el 70% esta constituido por petróleo, el 9% de flores, café, esmeraldas, carbón, banano, etc. Tan solo mil millones de dólares son exportaciones industriales.
Por el contrario, el 70% de nuestras exportaciones a la comunidad andina y a MERCOSUR esta constituido por manufacturas, con un mayor valor agregado y con mayor incidencia en la generación del empleo productivo.
Una de las principales causas que genera incertidumbre con la apetura del TLC es el aumento de contrabando por importaciones desde Panamá; el sector textil ha sido uno de los principales afectados en este tema; y a pesar de las nuevas medidas de salvaguardia como el sobrearancel aún existe la incertidumbre en los participantes de la industria textil.
De otra parte, la violación de los derechos humanos y sindicales en Colombia sigue siendo crítica, hecho que se evidencia en el “indicador de la confianza en Colombia”, que se mantiene en el 59%, generando un panorama regular que pone en alto riesgo la realización de negocios.
Estudios revelan que las Naciones Unidas presentaron un informe negativo sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia y que la falta de claridad y consenso en torno a la posición Colombiana en las negociaciones del TLC, para la confianza de los inversionistas en el país.